No sólo como terapeuta gestáltica sino como persona y con el pequeño bagaje de mis casi 65 años, comprendí que sólo se puede vivir y construir en el instante presente, en este Aquí y Ahora eterno e indescifrable si uno es capaz de experimentarlo.
Con el construir me refiero a crear desde la situación hasta la acción que más se acerca a mi necesidad o deseo. Puedo sentir la fuerza de mi responsabilidad inquietante y maravillosa de vivir y ser dueña de todos mis actos. Cuando pierdo el miedo a equivocarme y entiendo que en la danza de este laboratorio vital se trata de ensayo, error y aprendizaje, la aventura del camino vital cobra un gran interés.
Aprender a reconocernos con humildad como aprendices de la vida y experimentar en cada instante como danzamos con ella, nos llena de una profunda confianza en nosotros mismos y desarrolla en nuestra interioridad las herramientas que nos enseñan el Arte de Vivir. Comprender poco a poco que cada instante es único e irrepetible nos pone en contacto con la verdadera naturaleza y potenciales que poseemos cada uno de los seres humanos.
A través de la respiración y el DARSE CUENTA DE LO QUE ME ESTA PASANDO EN ESTE INSTANTE FRENTE A LO QUE ESTÁ OCURRIENDO.
El desarrollo de la ATENCIÓN Y LA PRESENCIA EN CADA MOMENTO nos permite experimentar plenamente el milagro de la cocreación constante de la existencia. En este Darse Cuenta de lo que está ocurriendo en mi interioridad y en el exterior, en el adentro y en el afuera, aprendiendo a mirar, a sentir y a percibir cada instante nos conduce hacia una fuerza lo suficientemente grande como para afrontar cada desafío y gozar cada momento grato con mayor profundidad.